La piel es una de las partes más delicadas de tu cuerpo, sobre todo si eres de las que tiene la piel atópica o sensible. Por este motivo, tu cutis y tu piel deben ocupar los puestos prioritarios en tu ranking de cuidados diarios. De esta manera y siguiendo una serie de hábitos y respetando sus características naturales, tu piel no sólo lucirá más bonita, sana y cuidada, también estará más fuerte y protegida ante cualquier tipo de agresión.
Con los cambios de estación y todo lo que ello conlleva, la piel sufre esas agresiones que pueden afectarla de muchas maneras diferentes. Cada persona es un mundo y no a todas nos ejerce el mismo efecto el polen, el sol o el frío, por poner algunos ejemplos, pero sí es cierto que ninguna se queda indiferente ante ellos.
El frío y el invierno resultan muy agresivos para la piel, pero si además le añadimos las particularidades meteorológicas de cada región, como la nieve, las ventiscas, las humedades, la niebla y un largo etcétera, ¡no podemos quedarnos quietas y esperar que nuestra piel se proteja sola! Por eso aquí te dejamos 5 consejos para cuidar tu piel en invierno. ¡Ponte manos a la obra y protege tu piel!
5 consejos para cuidar tu piel en invierno
1. Hidrata tu piel a diario
Aunque parezca obvio, no siempre se cumple. La hidratación diaria de la piel debe ser un must en tu lista de quehaceres de cada día. Bien sea por la mañana, por la noche, después del gimnasio o incluso mientras miras la tele en el sofá, coger la hidratante y aplicarla sobre tu cuerpo será un hábito que tanto tu piel como tú misma agradeceréis. Ella porque se sentirá mejor, más elástica, nutrida y fuerte, y tú porque te verás más guapa y vital.
La hidratación mejorará la estructura interna y externa de tu piel, ayudándola a plantar cara al frío y sus efectos de forma más efectiva y fuerte. De esta manera no importará tanto que llueva, nieve o hiele, si tu cutis y la piel de tu cuerpo están reforzadas, ¡todo irá mejor!
Y no te olvides de los ingredientes de la crema que utilices: contra más naturales, mejor. Los químicos, los parabenos y los productos demasiado procesados no benefician a tu piel, al contrario, la vuelven más vulnerable y más propensa a verse afectada. Por este motivo es ideal utilizar cremas sin parabenos, ricas en vitaminas y realizadas a base de, por ejemplo, aceite de rosa mosqueta o de aloe vera.
2. No olvides abrigarte
Este consejo es, quizá, el más subjetivo porque no es lo mismo vivir un invierno canario que un invierno en Andorra, pero lo que queremos decir es que cubras muy bien tu piel y tu cuerpo del frío. Los momentos cuando aprieta más el frío son la mañana, la madrugada y la noche, por ello es imprescindible que te abrigues bien durante estos tramos del día.
¿Recuerdas ese dicho de «más capas que una cebolla»? Pues, bromas a parte, éste resulta un buen consejo para mantenerte bien protegida del frío. Los guantes, por ejemplo, son uno de tus mejores aliados si vives en ciudades donde la nieve es algo cotidiano. Si son aislantes del agua y con interior de borreguillo, mejor aún. Sucede lo mismo con los calcetines gruesos, los botines y los gorros.
De hecho, ¿sabías que las manos y la cabeza son las partes del cuerpo por donde se pierde más calor? Fíjate, sino, en las personas que trabajan con frío o en las que viven en lugares extremos como Siberia o la Patagonia. En definitiva, ir abrigada va bien para la salud de tu cuerpo y de tu piel.
3. Alimenta tu cuerpo con inteligencia
La alimentación es la base de la buena salud, tanto interna como externa. Por este motivo, si lo que quieres es lucir una piel bonita y cuidada, debes tomar alimentos que estén enfocados a este objetivo. Dicho de otra manera, tus comidas deben estar cargadas con las vitaminas y minerales imprescindibles para el buen funcionamiento de tu organismo.
Las frutas y las verduras son una de las fuentes más importantes de vitaminas, por no decir la principal. Algunos ejemplos de vitaminas que te irán genial para mantener tu cuerpo protegido contra las agresiones del frío son la vitamina C, presente en cítricos y con un alto poder antioxidante, y la D, incluida en los pescados azules. No obstante, la más beneficiosa para tu piel es, sin lugar a dudas, la vitamina A.
La vitamina A suele conocerse como betacarotenos, pues una vez en el estómago y durante la digestión, se transforma en ellos. Su principal acción es la de regenerar los tejidos corporales, tanto internos como externos, proporcionándoles una estructura resistente y fuerte. De ahí que sea imprescindible para tener una piel sana y se recomiende en verano, para tomar el sol, y en invierno, para protegerse del frío. Los alimentos que la contienen son, por ejemplo, la zanahoria, las espinacas, el boniato y la batata. Si te fijas, las frutas y verduras que la incorporan son las que tienen una piel y unos colores más vivos. Por algo será, ¿no?
4. Bebe agua e hidrátate
Este consejo es recomendable para muchas situaciones y ésta no podía ser menos. Igual que sucede con la alimentación, beber también es imprescindible para tener el cuerpo y la piel en un estado óptimo. No es cuestión de beber una cantidad estricta y única de agua al día, hablamos de mantenerte hidratado de forma habitual. De esta forma, tu cuerpo funcionará mejor y tu piel lo notará.
Aunque parezca que no, este hábito resulta muy sencillo de incorporar en tu día a día. Los alimentos que consumes incorporan agua, igual que las infusiones, cafés y bebidas que ingieres. Dicho de otra manera: no hace falta que consumas únicamente vasos de agua pura para hidratarte. La cuestión es que lo hagas siempre sin forzarte, pero tampoco llegando al punto de tener la boca seca y pastosa.
5. Haz ejercicio y actívate
El ejercicio físico, sea aeróbico o anaeróbico, va bien para muchísimas cosas, entre ellas mejorar tu piel. Cada vez que haces deporte, activas tu organismo y, lo que es mejor, oxigenas tu piel. La oxigenación ayuda a que tu piel se regenere de forma mucho más sencilla y natural, además de reducir su estrés y mejorar su estructura externa e interna.
¡Tampoco te olvides de la firmeza y elasticidad! Con el ejercicio físico regular, tu piel se verá más firme, elástica y tonificada, algo que aunque no esté conectado directamente con el frío, sí que interfiere en la estructura externa y, por ende, en la resistencia de la piel.
Y no nos olvidemos de tu estado anímico: éste, de forma directa e indirecta, interfiere en tu estado de salud. Por ello, si estás animada, te ves más guapa y te sientes mejor físicamente. Con el ejercicio físico, tu salud mejora en todos los aspectos, ya que los niveles de endorfinas aumentas y tu ánimo crece de forma considerable. En definitiva, ir al gimnasio no sólo va bien para mantener tu línea.
¿Ya estás lista para afrontar el invierno con ganas? Esperamos que estos consejos te ayuden a encarar mejor el invierno y, sobre todo, a proteger tu piel del frío. Ya sabes, si tienes algún consejo que recomendarnos, ¡no olvides compartirlo con nosotros en nuestras redes sociales!