Si te gustan los entrenamientos de pierna tanto como a mi, seguro que estas líneas te van a interesar. Hoy quiero hablaros de la técnica del squat, conocido como sentadilla.
Si lo que buscas es que tus piernas y glúteos entrenen de forma eficaz sin tener sobrecarga en la parte baja de la espalda ni en la zona cervical, presta atención.
El squat o sentadilla es un movimiento muy completo. En su ejecución están implicados los músculos de las piernas, los glúteos y los músculos del tronco al mantenernos erguidos sujetando la barra sobre la espalda.
Consejos para realizar un buen squat
En un squat hay tres fases: la postura inicial, el squat y la posición final. Toma nota de los puntos que hay que tener en cuenta para llevar a cabo un buen squat:
- Pon la barra sobre la parte alta de la espalda entre los hombros. Para que la barra no se te clave en la base del cuello, eleva el pecho y junta los omoplatos, esto te dará base de apoyo para la barra. Si no quieres usar barra puedes usar un disco, colocándolo delante del pecho.
- Coloca los pies por fuera de la anchura de los hombros y abre ligeramente la punta de los pies.
- Para realizar el movimiento, flexiona las rodillas llevándolas hacia delante y ligeramente hacia fuera, sobre la línea media del pie. Ésto creará más estabilidad en tus rodillas ya que habrá más activación del glúteo. A la vez lleva la cadera atrás y abajo sin bajar la cadera por debajo de la línea de las rodillas.
- Cuando estés en la parte más profunda del movimiento, asegúrate de apretar abdominales y mantener el pecho elevado con los codos apuntando al suelo.
- Al subir, estira suavemente las piernas y vuelve a la posición de inicio sin realizar movimientos bruscos.
Introduce el squat en tus rutinas de entrenamientos de piernas y verás cómo tus piernas se pondrán más fuertes.